Ganaba el Real Madrid la Copa del Rey anoche y el equipo se coronaba con sus dos auténticas estrellas brasileñas: Rodrygo y Vinicius. Ambos cracks parecen hermanos separados al nacer. Las comparaciones en este caso no son odiosas y es que a estas alturas poco se diferencian el uno del otro.
Su calidad, talento, desparpajo o desborde son increíbles y con poco que hagan ya levantan al público de su asiento. Hacía tiempo que no se veía algo así, pero este equipo parece haber sido hechizado por una pócima mágica.
Por ahora ya han conseguido su tercer título de la temporada juntos y el martes irán a por la Champions. Estos también solo están a tres partidos de conseguirla por segunda vez consecutiva y para ellos, no hay casualidad que les parezca imposible.
Jota Jordi quedaba retratado
El madridismo vive en una nube con ellos, y ansiosos por conseguir siempre más hay quién trata desmoronar ese sueño. Uno de ellos es el propio tertuliano culé, Jota Jordi. Al catalán le debería dar vergüenza hasta ciertos temas que comenta, sino que se lo digan a la mismísima hemeroteca.
Este era cazado con un tuit que se veía con la obligación de borrarlo tras comerse sus propias palabras. Hay que remontarse hasta 2019, momento en el que ambos cracks, Rodrygo y Vinicius o viceversa, ya convivían en el primer equipo tras un paso fugaz por el Castilla y conseguir así un rápido proceso de adaptación.
Allí empezaba su aventura y reinado de blanco y solo ellos sabían lo que eran capaces de hacer. El colaborador de Pedrerol se trataba de cachondear de todas las formas posibles y se reía de la operación estrella que había conseguido Florentino.
Jota Jordi no sabía dónde meterse
Además, sus palabras también le daban caza a Zidane, que con el francés no tuvieron suerte, sobretodo Vini. El seguidor azulgrana ya tildaba aquella situación de “problemón” o incluso los llegaba a comparar con una versión de Robinho, aunque nada de esto ha acabado ocurriendo.
Al tertuliano no le ha quedado más remedio que callarse y mantenerse al margen a toda costa. Es él quién suplica y pide clemencia por la calidad de estos. Con Ancelotti van como aviones y ambos se han consolidado como titulares absolutos.
Su idilio con el madridismo va camino de infinito y su techo todavía esta muy alto. Son, sin duda, el presente y futuro del club.