El Real Madrid sufrió como nunca para ganar como siempre, esa podría ser la frase que resumiría a la perfección el partido de vuelta en el Etihad que les permitió clasificarse para las semifinales de Champions. Y es que pocos equipos han sometido de esa forma a los merengues, sin embargo, no sirvió para nada ya que los de Ancelotti se impusieron.
El gol de Rodrygo en los primeros minutos puso todo de cara, pero entonces los de Guardiola comenzaron con un acaso, que se estrelló continuamente contra Lunin o contra la defensa, hasta que Kevin De Bruyne encontró la única grieta para lograr el empate que mandó el partido a la prórroga y posteriormente a la tanda de penaltis.
Pero ahí fue donde el Madrid se repuso del fallo inicial de Modric y con dos paradones del portero ucraniano consiguieron imponerse, eliminar al City y lograr el pase a las semifinales, donde tendrá lugar el clásico del fútbol europeo ante el Bayern. Pero ya habrá tiempo de pensar en ello porque era momento de celebrar la victoria por todo lo alto.
Ancelotti se acuerda de un problema que fastidia la celebración
Era un momento de celebración, pero ya sabemos que Ancelotti no pierde el tiempo y desde el pitido final ya piensa en lo que viene por delante. Por un lado el Clásico de este domingo, pero por otro también tiene la mente puesta en las semifinales ante el Bayern y en el partido de ida en el Allianz tendrá una baja muy importante, la de Carvajal.
El lateral estaba apercibido y vio una cartulina amarilla que le hará perderse el primer partido de la eliminatoria. Su ausencia provocará que Ancelotti tenga que elegir si pone como lateral a Nacho, más defensivo, para frenar los ataques un jugador como Davies por ese costado, o por si el contrario mete a Lucas Vázquez, que ha respondido muy bien esta temporada como su suplente.