El Real Madrid es un club que nunca se detiene, algo que va más allá del primer equipo del italiano Carlo Ancelotti, lo que explica la exigencia que tiene constantemente la entidad madridista.
Los encargados de las categorías inferiores del equipo merengue siempre buscan alcanzar la excelencia, algo que es el objetivo de los de Chamartín, lo que ha resultado indispensable para los éxitos cosechados a lo largo de su historia.
Las personas que laboran en La Fábrica siempre están trabajando en la formación profesional y personal de unos chicos que pueden convertirse el día de mañana en las leyendas del Real Madrid y del fútbol español.
Además, la entidad madridista tiene ojeadores en toda España y el mundo, que siguen minuciosamente a los grandes talentos del 'Deporte Rey'.
En esta oportunidad, la mirada de los observadores del club blanco se ha detenido territorio catalán donde se encuentra Joel Pérez (2008), delantero del Nàstic cedido por el Espanyol.
El atacante, que destaca por su velocidad y desequilibrio, juega en el Cadete A del conjunto tarraconense y desembarcará en Valdebebas al Juvenil C, aunque no se descarta que en algún momento sea tomado en cuenta por Álvaro Arbeloa, algo que ya ha hecho en el pasado el de Salamanca.
Respuesta a los catalanes
Esto llega después de los dos fichajes del Barcelona en Madrid en el último mes, que jugaban en el Leganés y el Rayo Vallecano, pero que tenían pasado en la entidad madridista.
El club catalán, ahogado por el bolsillo, tiene una máxima que es estructural: otear el mercado con el ojo más fino posible para detectar el talento, sobre todo en nuestro país, lo que les llevó a firmar a Byron Mendoza (2009) y a Marcos Parriego (2006), quienes ahora desarrollarán sus bondades y puntos fuertes de juego en territorio azulgrana.