Pocas veces hemos visto a Carlo Ancelotti tan cabreado y decepcionado con el arbitraje como en el partido de ayer. Por eso mismo en el campo protesto de manera efusiva por varias acciones que perjudicaban al Real Madrid. Además de la polémica del gol del City, también hubo muchas amarillas perdonadas.
El árbitro puso el listón muy alto, y permitió el roce entre los jugadores. A pesar de eso, fue un partido limpio y ningún jugador acabó lesionado. El Real Madrid acaba el partido con la sensación de haber sido superiores al City y perjudicados por el árbitro en una acción que puede ser determinante en la eliminatoria.
Fue a por el árbitro
Después de saludar a Pep Guardiola tras finalizar el encuentro, el técnico italiano se dirigió al árbitro a pedirle explicaciones por la acción interior en la que había protestado y Artur Días le había mostrado la tarjeta amarilla.
Ancelotti estaba muy enfadado, sabía perfectamente que el balón había salido y en Bein Sports confirmaron con tecnología 3D su teoría. El árbitro le dijo que el balón no había salido y que ningún compañero le había dicho lo contrario. Además, el partido ya había finalizado y no había nada que hacer.
Al llegar al vestuario rajó del arbitraje con todos los jugadores del Real Madrid. Todos pudieron comprobar que el balón había salido del campo, y se quedaron desconcertados con que el VAR no hiciese nada para demostrarlo y anular el gol.
Ahora ya está más calmado y está pensando en el partido de vuelta. Será una auténtica final y tendrá que tener a los jugadores al 100% por lo que se prevén rotaciones en el partido del sábado contra el Getafe.